
Este fenómeno se puede observar en el Bazar Municipal, donde más de cinco infantes se dedican a vender bordados y que al mismo tiempo practican la mendicidad, pues sus padres los envían sin darles un solo peso y sin comer, por lo que se paran junto a los comensales con cara de hambrientos como para causar lástima.
Y de verdad que causan lástima, pues los visitantes y quienes acuden a este sitio a comer, terminan dándoles algo de dinero para que compren algún alimento, pues sus progenitores no se preocupan en proporcionarles el alimento al que tienen derecho y que todo padre está obligada a proporcionar.
La mayoría de estos pequeños son de edad escolar y por lo mismo no acuden a ninguna escuela pues sus padres los envían a realizar este tipo de actividad, por lo deberían intervenir las autoridades para regular esta situación ya que disfrazan la mendicidad con el ambulantaje.