Cada día que pasa se deteriora aún más lo que hasta hace algunas décadas era el sitio más concurrido por los vallisoletanos: la estación del tren.
Hoy, lejos de aparentar la grandeza que tuvo, el edificio es hoy simplemente  un lugar que sirve de refugio a malviventes que ahí se reúnen a ingerir bebidas embriagantes y consumir algún tipo de droga, pues en su interior se encuentran evidencias de lo afirmado, como son bolsas de plástico con residuos de resistol 5 mil.
Los vecinos del rumbo, así como muchos ciudadanos, señalan que es una lástima que las autoridades no hayan puesto interés en el inmueble que bien podría servir para algunas oficinas o que le den algún uso adecuado en vez de dejar que se destruya más.
Asimismo, al habilitarlo para un mejor uso, dejaría de ser nido de alimañas y de briagos y drogadictos y así habría hasta mayor seguridad y los vecinos estarían tranquilos pues no correrían el riesgo de que entren a robar en sus domicilios.

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